DELFOS. EL ORÁCULO DE APOLO

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Grecia – Grecia Central

 

Delfos se encuentra en la Fócida, en la provincia de Grecia Central, a los pies del monte Parnaso y a 10 Km. del Golfo de Corinto. Se halla a 177 Km. al norte de la capital griega, Atenas. En este espectacular lugar se localiza el santuario de Delfos, donde hablaba el oráculo de Apolo. El sitio arqueológico de Delfos forma parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1987.

 

SU HISTORIA

A los pies del monte Parnaso, en el ángulo formado por las rocas gemelas de Phaedriades, se encuentra el santuario pan-helénico de Delfos, el oráculo más importante de la Antigua Grecia. Según la mitología clásica, Delfos era el centro del universo, puesto que en este lugar se encontraron las dos águilas enviadas por Zeus para descubrir el omphalos, el ombligo del mundo. Este sacro lugar estaba custodiado por la serpiente Pitón, a la que Apolo dió muerte. Según los mitos, el santuario de Apolo lo construyeron originariamente los cretenses, que llegaron al puerto de Kirrha dirigidos por el dios Apolo en forma de delfín.

El Santuario estaba dirigido por la Liga Anfictiónica, asociación de las doce tribus de Tesalia y Esterea (centro-sur de Grecia). Alcanzó un gran poder político y religioso en toda Grecia. En los siglos V y IV a.C. tuvieron lugar dos guerras sagradas por el control del lugar, y en el siglo III a.C. el santuario lo conquistaron los etolios.

En el 191 a.C. cayó bajo el orbe romano. Entre los emperadores romanos que buscaron respuestas en Delfos se encontraba Adriano, que propulsó la reconstrucción del área. El ocaso de Delfos vino con la abolición del oracúlo por parte del emperador Teodosio y la destrucción del recinto sacro por los eslavos en el 394 d.C. Posteriormente fue sede episcopal cristiana, pero entre los siglos VI y VII d.C. el lugar fue abandonado definitivamente.

 

Maqueta de la antigua Delfos (foto: NekaPearl)

 

QUÉ VER

El sitio arqueológico de Delfos incluye dos santuarios, dedicados a Apolo y Atenea, así como otros edificios, orientados principalmente a los deportes, ya que aquí se celebraban cada cuatro años los Juegos Píticos. Lo primero que el visitante se encuentra es el santuario de la diosa Atenea, donde se encuentra el famoso Tholos. La parte más importante de sitio es el santuario de Apolo, rodeado por el peribolos o muralla que lo delimita. Desde la entrada principal, situada en la esquina suroriental, se accede a la Vía Sacra, calzada que lleva al templo de Apolo y el sagrado adyton, el lugar donde Pitia o la pitonisa, emitía sus oráculos. Veamos ahora las principales construcciones de este sitio arqueológico:

 

EL TEMPLO DE APOLO

Es el edificio más importante del santuario de Apolo en Delfos, dominando el temenos desde su posición central. El templo fue construido y destruido en diversas ocasiones. Tras su destrucción en el 373 a.C. a causa de un terremoto, fue levantado nuevamente en el 330 a.C. por los arquitectos Spintharos de Corinto, Xenodoros y Agathon. De planta rectangular, contaba con cinco columnas en sus extremos y quince a los lados, pródromos y opistodomos in antis. La cella estaba dividida en tres naves por dos columnatas de ocho columnas jónicas en cada una de ellas. La ceremonia adivinatoria era llevada cabo por los sacerdotes de Apolo en una cámara subterránea denominada adyton o santuario interior. Cerca del templo de Apolo, los arqueólogos hallaron el ónfalos, la piedra que, según la leyenda, marcaba el lugar donde se encontraron las águilas enviadas por Zeus.

 

Delfos. Templo de Apolo (foto: Avinash Anand)

 

EL TESORO DE LOS ATENIENSES

Dominando la Vía Sacra, se encuentra próximo al bouleuterion y opuesto a los Tesoros de los knidios y los siracusanos. Este pequeño templo in antis, uno de los más importantes del temenos de Apolo, fue construido a finales del siglo VI a.C. o principios del V a.C. para albergar trofeos de las victorias atenienses y, concretamente según Pausanias, para conmemorar la victoria en la batalla de Maratón el 490 a.C. sobre los persas.

 

Delfos. Tesoro de los Atenienses (foto: peuplier)
Delfos. Tesoro de los Atenienses (foto: Al & Marie)

 

EL ANTIGUO TEATRO DE DELFOS

Se encuentra dentro del temenos de Apolo, en la esquina noreste del muro perimetral. En el siglo IV a.C. fue construido en piedra, experimentado diversas reformas a lo largo de los siglos. Su forma actual sería el resultado de la reforma realizada en el 160-159 a.C. financiada por Eumenes II de Pérgamo. En este escenario tenían lugar representaciones musicales asociadas a los juegos pitios y otros festivales religiosos. Tenía capacidad para cinco mil espectadores. La escena, de la que sólo quedan los cimientos, estaba decorada con un friso en el que se representaban los trabajos de Hércules.

 

Teatro de Delfos (foto: Rachel Knickmeyer)

 

LA VIA SACRA

Era la calzada principal que llevaba desde la entrada del temenos al altar de los quíos y el impresionante templo de Apolo. Por ella ascendían los peregrinos que, el noveno día de cada mes, buscaban respuestas en el oráculo. Para ello, sacrificaban un animal en el altar situado en la cima y esperaban su turno en la cola, salvo las personalidades ilustres que recibían la promanteia, el derecho de consulta al Oráculo sin espera alguna, como Filipo II de Macedonia o los ciudadanos de Corinto, Naxos, Quíos y Tebas. El pavimento de la Vía Sacra se restauró en época romana. A lo largo de la Vía se encontraban localizadas estatuas, podium y tesoros con ofrendas votivas.

 

EL ANTIGUO GIMNASIO DE DELFOS

Se halla localizado sobre una empinada ladera entre la fuente Castalia y el templo de Atenea Pronaea. Fue construido en el siglo IV a.C. y restaurado en época romana, momento en el que se añadieron las termas. En él se practicaban especialidades deportivas como el wrestling, el boxeo o el pankration. Diseñado en dos niveles, en el superior se hallaba el xystos, área cubierta en la que se entrenaban los atletas cuando hacía mal tiempo. En la terraza inferior se encontraba la palestra y probablemente un santuario dedicado a Hércules. En torno al 120 d.C. se añadieron las termas romanas.

 

Delfos. Gymnasium (foto: Raffaele)

 

EL ESTADIO DE DELFOS

Es uno de los monumentos mejor conservados de su categoría. Está situado al noroeste del teatro, sobre el Santuario de Apolo, en la parte más alta de la ciudad. Su fundación se remonta al siglo V a.C., siendo reformado en el siglo II d.C. por Herodes Atticus. En él se celebraban los Juegos Píticos, uno de los cuatro grandes juegos panhelénicos, cada cuatro años.

 

Estadio de Delfos (foto: jbdodane)

 

EL THOLOS DE ATENEA PRONAIA

Es probablemente el monumento más característico de Delfos. Se encuentra situado entre el templo de Atenea y el Tesoro de Massalia. Este edificio circular, considerado una de las obras maestras del arte clásico, está formado por un podio sobre el que se levantaban veinte columnas de orden dórico que soportaban un friso con una decoración en relieve de triglifos y metopas. En el interior de la cella se hallaban diez columnas de orden corintio.

 

Delfos. Tholos de Atenea Pronaia (foto: Neil & Kathy Carey)

 

EL MUSEO ARQUEOLÓGICO

El Museo Arqueológico de Delfos es uno de los más importantes de Grecia. El espacio expositivo ocupa un área de 2.270 m2, distribuido en catorce estancias que siguen un orden cronológico. Las dos primeras están dedicadas al nacimiento de santuario y las primeras ofrendas. Las salas 3,4 y 5 cubren el período arcaico temprano, las ofrendas de la Vía Sacra y el Tesoro de los Sifinios. La sala 6 está dedicada al Templo de Apolo. El Tesoro de los Atenienses es el eje de las salas 7 y 8. La sala 9 presenta una selección de las ofrendas del siglo V a.C. La sala 10 está dedicada al Tholos, el edificio circular del santuario de Atenea.

En la sala 11 encontramos las obras del período clásico y helenístico y la 12 el período helenístico tardío y romano. En esta última estancia podemos contemplar esculturas como el friso de la ofrenda de Aemilius Paulus o la estatua de Antinoos. La sala 13 está dedicada a una de las esculturas más importantes del museo: el Auriga de Delfos. Por último, la sala 14 nos muestra el ocaso del santuario a través de inscripciones y retratos de emperadores romanos y de elementos con símbolos cristianos, característicos de la transición a la nueva religión.

 

Museo de Delfos. Esfinge de los Naxios (foto: CaptSpaulding)
Museo de Delfos. Auriga (foto: Navin Rajagopalan)

 

 

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