El ninfeo romano de Alfaro
Publicado el 24 de septiembre de 2019. Última actualización el 11 de octubre de 2025.
La Rioja / GRACCURRIS (Tarraconensis)
La localidad riojana de Alfaro se encuentra situada en el sureste de la Comunidad autónoma de La Rioja. El municipio de mismo nombre linda con la Comunidad foral de Navarra. A través de la N-232 se accede a Calahorra (22 km.) o Logroño (72 km.) y a escasos kilómetros de Alfaro se puede acceder a la autopista A-68 Bilbao – Zaragoza. A 2 km. de Alfaro se encuentra el yacimiento arqueológico de la ciudad romana de Graccurris.
HISTORIA DE GRACCURRIS
La población romana de Graccurris fue fundada por Tiberio Sempronio Graco en el 179 a.C. sobre un antiguo asentamiento celtíbero llamado Ilurcis. Estaba situada en un entorno privilegiado, en la confluencia de los ríos Alhama y Aragón con el Ebro. Fue el primer asentamiento romano en el Valle del Ebro. Su ubicación fue clave para la conquista romana de la Meseta. El acceso fluvial a Graccurris, gracias a la navegabilidad del Ebro, permitía un rápido traslado de tropas para acceder a la Meseta a través del valle del río Alhama. Esta circunstancia facilitó, presumiblemente, la toma de Numancia. Formó parte del Convento Jurídico Cesaraugustano y durante el principado de Tiberio obtuvo el rango de municipium.
QUÉ VER EN ALFARO
Entre los principales restos romanos de la ciudad destaca el Ninfeo, declarado Monumento Nacional. Esta construcción, del siglo II, religiosa o conmemorativa, se cree que estaba dedicada a las Ninfas del Alhama. La fuente es el único elemento que se conserva. Formaba parte de un conjunto hidráulico con presa y puente junto a la calzada romana.

En la zona de la Estrella se encuentran las bases de un puente romano y el puente de asientos oblícuos situada en la antigua calzada romana con dirección a Numancia.
MANJARES DEL IMPERIO
Los romanos trajeron a estas tierras la cultura del vino; el cultivo de las vides se extendió por toda esta comarca, siendo esta preciada bebida exportada en ánforas a través del Ebro, río navegable en aquella época.
Uno de los platos más típicos de La Rioja son las chuletillas al sarmiento. Las chuletillas de cordero se asan sobre una parrilla de sarmientos (tallos de la vid), se les añada una pizca de sal… y ¡a comer! Eso sí, siempre acompañadas de un buen Rioja.
Otro plato a degustar, imprescindible en una visita a La Rioja, son las patatas a la Riojana. Los ingredientes de esta poción mágica son patatas, chorizo, ajo, cebolla, caldo, aceite y sal.
VISITAS CERCANAS
A menos de una hora de Alfaro, el viajero puede continuar su recorrido por el valle del Ebro y descubrir otros enclaves donde el legado romano de La Rioja se conserva de forma tangible. Las antiguas Calagurris Iulia Nassica (Calahorra) y Graccurris (Alfaro) fueron los primeros centros de romanización de la región, pero el itinerario puede prolongarse hacia Fitero y Logroño, donde el patrimonio arqueológico y museístico ofrece una visión más amplia del pasado romano riojano.
CALAHORRA
Desde Alfaro, la carretera N-232 conduce en apenas veinte minutos (22 km) a Calahorra, la antigua Calagurris Iulia Nassica, una de las principales ciudades romanas del norte de Hispania. Allí, el Museo de la Romanización, instalado en un palacio del siglo XVII, conserva mosaicos, esculturas, cerámicas y objetos de la vida cotidiana hallados en el propio yacimiento urbano. En la zona del Planillo de San Andrés se pueden observar restos de una domus y unas termas romanas, visitables mediante recorrido guiado, que ilustran con precisión la vida doméstica en la ciudad durante el Alto Imperio.
FITERO
Si se toma la carretera LR-285 hacia el norte, tras unos veinticinco minutos (28 km) se alcanza Fitero, en Navarra. El balneario de la localidad se levanta sobre los antiguos manantiales termales ya utilizados en época romana. Aunque los vestigios no son visibles, el enclave conserva el interés histórico de un espacio termal cuya tradición se mantiene ininterrumpida desde hace dos mil años.
LA RIOJA
Por la autopista A-68, en unos cincuenta minutos (72 km) hacia el oeste, se alcanza Logroño, capital de La Rioja. En el Museo de La Rioja, ubicado en el histórico Palacio de Espartero, se exhiben piezas procedentes de los principales yacimientos de la región: cerámicas, esculturas, monedas, mosaicos y elementos arquitectónicos que permiten recorrer la evolución de la provincia desde la Edad del Hierro hasta la época romana y tardoantigua.
