EL FUERTE ROMANO DE ZERZEVAN

Turquía – Anatolia Sudoriental / SAMACHI (Mesopotamia)
En la provincia turca de Diyarbakir, al sureste del país, en la villa de Demirölçek, se encuentra una de las más imponentes fortalezas romanas que han llegado hasta nuestros días: la fortaleza de Zerzevan o Samachi, denominación que se cree tendría en época romana. Se halla a 45 km. de la capital provincial Diyarbakir, la antigua Amida. Desde 2020 Zerzevan forma parte de las candidaturas de Turquía para ampliar la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
El fuerte romano de Zerzevan estaba localizado en la frontera oriental del Imperio Romano. En una zona estratégica, a medio camino entre Amida (Diyarbakır) y Dara (Mardin), y entre Edessa (Şanlıurfa) y Nisibis (Nusaybin). El fuerte está ubicado sobre una colina, a 124m. de altitud, ocupando una superficie de 6 Ha.
La construcción romana se erigió sobre otra anterior, que remontaba sus orígenes a la época asiria. Es posible que se trate de la asiria Kinabu. Los romanos erigieron una poderosa fortaleza, con murallas de quince metros de altura y un perímetro de 1,2 km. Tenía también una torre de vigilancia de veintiun metros de altura, desde la cual podian controlar el valle, las rutas comerciales y los movimientos de personas en una amplia zona. Se desconoce cuándo se inició su construcción pero se cree que estuvo en uso en el siglo III d.C. Fue fortificada en tiempos de Anastasio I (491-518 d.C.) y Justiniano I (527-565 d.C.) Tras la conquista árabe (639 d.C.), el fuerte fue abandonado, hasta la última década del siglo XIX.

EL TEMPLO DE MITRA
Uno de los lugares más sorprendentes del fuerte es el mitreo, el templo subterráneo consagrado al dios iranio Mitra. Excavado en la roca, en el ala norte del fuerte, tiene siete metros de longitud y dos metros y medio de altura. Es el único mitreo romano descubierto en la frontera oriental del Imperio. El templo cuenta con un altar perfectamente conservado, ganchos donde se ataría al toro antes del sacrificio y una piscina ritual, donde se depositaría la sangre del toro una vez sacrificado.

LAS FORTIFICACIONES
La guarnición militar estaba protegida por una potente muralla de quince metros de altura y un kilómetro y medio de longitud. Los muros tenían una anchura de entre dos y tres metros. Los arqueólogos han identificado la existencia de diez bastiones y dos torres en el perímetro amurallado. En el lado sur contaba con una torre de vigilancia, de tres plantas y veintiun metros de altura.

LAS CONSTRUCCIONES
El interior de la fortaleza cuenta con un amplio número de edificaciones que los arqueólogos se afanan por descubrir y poner en valor desde el inicio de las campañas arqueológicas en 2014. Se han identificado calles, cisternas para el abastecimiento de agua, almacenes, viviendas, arsenales, iglesias, etc.


Más información ZERZEVAN. UNESCO. web