Shahba, la ciudad de Felipe el Árabe

Publicado el 23 de octubre de 2019. Última actualización el 4 de octubre de 2025.
Siria – As Suwaida / PHILIPPOPOLIS (Arabia Paetrea)
A unos 87 km al sur de Damasco, en la gobernación de As-Suwayda, se extienden las ruinas de Shahba, la antigua Philippopolis, una de las ciudades romanas mejor planificadas del Próximo Oriente. Fundada por el emperador Felipe el Árabe en el siglo III d.C., Shahba destaca por conservar la traza ortogonal clásica del urbanismo romano y por su excepcional conjunto de mosaicos, templos y edificios públicos construidos en piedra basáltica negra, característica de la región del Haurán.
HISTORIA DE PHLIPPOPOLIS
La ciudad de Philippopolis fue fundada ex novo por el emperador Marco Julio Filipo, conocido como Felipe el Árabe, nacido en esta región y elevado al trono imperial en el año 244 d.C.. Su intención era crear una urbe monumental que reflejara la grandeza de Roma en su tierra natal.
El trazado urbano, iniciado hacia 245 d.C., seguía el modelo clásico de las colonias romanas: cardo y decumanus maximus, foros, templos, termas, murallas y un palacio imperial. Sin embargo, las obras quedaron inacabadas tras la muerte del emperador en el 249 d.C., víctima de las luchas políticas del Imperio.
A pesar de ello, Philippopolis mantuvo su nombre y parte de su vitalidad durante el período bizantino, siendo célebre por sus mosaicos y su estructura urbana perfectamente conservada.
QUÉ VER EN SHAHBA
La ciudad actual de Shahba se superpone parcialmente al trazado romano, conservando in situ varios de sus principales monumentos. Su urbanismo regular, visible incluso desde el aire, hace de ella un ejemplo único de planificación urbana romana en Siria.
TEMPLO DE LA DIOSA ROMA
El templo principal, dedicado a la diosa Roma, se levantó en el siglo III d.C. con columnas corintias de basalto y una amplia escalinata frontal. Sus ruinas dominan el área central de la antigua ciudad.

MURALLAS, TERMAS Y ARCO DEL TRIUNFO
El recinto amurallado de Philippopolis, de planta cuadrangular y más de 2 km de perímetro, permanece en buen estado. Dentro de él se conservan las termas romanas, con hipocausto y salas abovedadas, y los restos de un arco monumental que probablemente marcaba una de las puertas del decumanus.

PALACIO IMPERIAL Y KALYBE
En el extremo norte se hallan los restos del palacio imperial, donde destaca el kalybe, un gran nicho de unos 30 metros de altura destinado, según algunos investigadores, al trono o estatua del emperador. Esta estructura monumental, única en Siria, es visible desde gran parte del recinto arqueológico.

TEATRO ROMANO DE SHAHBA
El teatro de Shahba, con 42 metros de diámetro, es uno de los mejores conservados del país. Excavado parcialmente en la ladera y construido íntegramente con bloques de basalto, podía albergar hasta 3.000 espectadores. Su acústica y estado de conservación lo convierten en una de las joyas arquitectónicas de Philippopolis.


MUSEO DE LOS MOSAICOS DE SHAHBA
El Museo de los Mosaicos de Shahba (متحف شهبا للفسيفساء) fue edificado sobre los restos de una posible residencia del gobernador provincial. Alberga una colección extraordinaria de mosaicos bizantinos descubiertos in situ, con escenas mitológicas de Orfeo, Ariadna, Ares y Afrodita, y las Tres Gracias. Su grado de conservación y la riqueza cromática de sus teselas lo sitúan entre los mejores ejemplos del arte musivo sirio.

SITUACIÓN ACTUAL Y CONSERVACIÓN
Shahba, como el resto de la provincia de As-Suwayda, se ha visto afectada por los efectos colaterales del conflicto sirio, aunque ha permanecido fuera de los principales frentes de combate.
Fuentes locales y de la Dirección General de Antigüedades y Museos de Siria (DGAM) confirman que el sitio de Philippopolis no ha sufrido daños estructurales graves y mantiene sus principales monumentos en pie, aunque la actividad turística sigue suspendida por motivos de seguridad.
Las imágenes satelitales más recientes (UNITAR–UNOSAT, 2024) muestran una conservación general estable, con leves colapsos en las cubiertas de las termas y erosión en sectores del muro oriental. Los mosaicos del museo permanecen bajo resguardo y el edificio se encuentra cerrado al público desde 2022.
El acceso desde Damasco y Sweida es posible únicamente con escolta o autorización, ya que las carreteras de la región del Haurán presentan controles militares y cortes intermitentes.
VISITAS CERCANAS
Desde Shahba, el viajero se encuentra en el corazón arqueológico del sur de Siria. En un radio de menos de una hora por carretera se concentran algunas de las ciudades romanas más notables de la antigua provincia de Arabia Petraea, levantadas sobre el fértil paisaje volcánico del Haurán.
QANAWAT
A 25 km al sureste (unos 30 minutos en coche) se alza la antigua Canatha, la actual Qanawat, una de las ciudades más monumentales del Haurán romano. Integrada en la Decápolis, alcanzó su apogeo en el siglo II d.C. bajo el nombre de Septimia Canatha. En ella pueden contemplarse los restos del Seraya, antiguo templo reconvertido en basílica cristiana, el Templo de Zeus Megistos, los santuarios de Rabbos y Helios, y un complejo sistema de acueductos y cisternas excavados en la roca volcánica.
SWEIDA
A 32 km al sur (unos 40 minutos por carretera) se encuentra Sweida, la antigua Dionysias, fundada por los nabateos y rebautizada por Roma en honor al dios del vino. Allí destacan las columnas del templo de Dionysos-Dushara, su teatro romano de basalto y el Museo Arqueológico de Sweida, que conserva mosaicos y esculturas de la región.
Estas tres ciudades —Shahba (Philippopolis), Qanawat (Canatha) y Sweida (Dionysias)— forman un triángulo arqueológico único en Siria meridional. Su estudio permite comprender la romanización del Haurán y la adaptación del arte clásico a la piedra basáltica negra que caracteriza la zona.
Actualmente, debido a la inestabilidad política y los controles militares en la gobernación de As-Suwayda, las visitas turísticas deben planificarse con extrema precaución, consultando con las autoridades culturales sirias o guías locales acreditados. No obstante, los informes recientes confirman que los principales monumentos de estos tres enclaves se mantienen en pie, conservando su extraordinario valor histórico y patrimonial.