Cyzicus y el grandioso templo de Adriano

vestigios del templo de Adriano en Cyzicus
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Turquía – Región de Mármara / CYZICUS (Asia)

 

La antigua ciudad de Cyzicus (Κύζικος en griego, Kyzikos en turco) se encuentra en la actual península de Kapıdağ, al sur del mar de Mármara, en la región histórica de Misia, dentro de la actual provincia turca de Balıkesir. Su emplazamiento era de una excepcional importancia estratégica: una península unida al continente por un estrecho istmo que controlaba las rutas marítimas entre el Egeo y el mar Negro.

Cyzicus fue una de las ciudades más ricas y monumentales de Asia Menor, célebre por su grandioso templo de Adriano, considerado una de las maravillas arquitectónicas del mundo antiguo. Su prosperidad se debió tanto a su posición comercial como a su fidelidad a Roma, lo que la convirtió en capital de la provincia del Helesponto durante el Imperio. Hoy, sus ruinas se encuentran dispersas en el entorno de Erdek, en una zona cubierta de vegetación y olivos.

 

olivares bajo los que se encuentra la antigua Cyzicus
Olivares sobre la antigua Cyzicus (foto: Carole Raddato)

 

HISTORIA DE CYZICUS

Según la tradición griega, la ciudad fue fundada por el héroe Cízico, rey de los doliones, quien recibió en sus costas a los Argonautas en su viaje hacia la Cólquide. El mito relata un trágico combate nocturno en el que los griegos mataron accidentalmente a su anfitrión, dando origen a un culto heroico que persistió durante siglos.

Los hallazgos arqueológicos confirman una ocupación continua desde el siglo VII a.C., con cerámicas geométricas y materiales de estilo milesio. En esta época, colonos de Mileto establecieron aquí una de sus bases comerciales en la Propóntide, asegurando el control de las rutas marítimas hacia el mar Negro. Cyzicus se convirtió rápidamente en una ciudad-estado próspera, aliada de Atenas y miembro de la Liga de Delos, con una potente flota y talleres artesanales.

Tras la Paz de Antálcidas (387 a.C.), la ciudad cayó bajo influencia persa, aunque conservó buena parte de su autonomía. Durante el siglo IV a.C. emitió su propia moneda, el estátero de Cyzicus, de oro electrum, muy apreciado en todo el Mediterráneo oriental. En el 334 a.C., Alejandro Magno la incorporó a su imperio, iniciando una etapa de prosperidad que continuó bajo los Átálidas de Pérgamo. Estos fomentaron la construcción de templos, teatros y un sistema portuario que la convirtió en uno de los centros más ricos de Asia Menor.

En el año 74 a.C., durante las guerras mitridáticas, Cyzicus sufrió un largo asedio por las tropas de Mitrídates VI Eupátor, rey del Ponto. Sin embargo, la ciudad resistió heroicamente gracias a sus murallas y a la llegada del ejército de Lucio Licinio Lúculo, que derrotó al enemigo y salvó a sus habitantes. Este episodio consolidó su lealtad a Roma, que la recompensó con privilegios y autonomía. Bajo el Imperio, Cyzicus alcanzó su apogeo: fue capital del Helesponto, sede de un convento jurídico, y centro comercial de primer orden. Su puerto recibía embarcaciones procedentes de Bizancio, el Egeo y el mar Negro.

El emperador Adriano (117-138 d.C.) impulsó grandes proyectos arquitectónicos, entre ellos un colosal templo en su honor, que fue considerado por las fuentes antiguas como una de las obras más impresionantes del Imperio.

Un devastador terremoto en el año 443 d.C. destruyó gran parte de la ciudad, que nunca recuperó su esplendor. Bajo el dominio bizantino se convirtió en sede episcopal y bastión costero, pero los terremotos de los siglos siguientes y el desplazamiento del comercio hacia Constantinopla sellaron su decadencia. Durante la Edad Media, sus ruinas fueron utilizadas como cantera para la construcción de iglesias y mezquitas en la región, y hoy apenas quedan en pie algunos tramos de muros, basamentos y fragmentos monumentales.

 

vista panorámica del templo de Adriano en Cyzicus
Área del templo de Adriano en Cyzicus (foto: AnatolianArchaeology)

 

QUÉ VER EN CYZICUS

Aunque gran parte de la antigua Cyzicus se encuentra cubierta por la vegetación o enterrada bajo los olivos de la península de Kapıdağ, las ruinas conservadas permiten imaginar la magnitud de la ciudad. Los principales puntos de interés son los restos del Templo de Adriano,  y los vestigios del anfiteatro, ocultos en el bosque.

 

EL TEMPLO DE ADRIANO

El templo de Adriano de la antigua Cyzicus fue una de las construcciones más colosales del mundo romano. Las investigaciones dirigidas por Nurettin Koçhan y Korkmaz Meral (Universidad de Balıkesir, 2020) determinaron que el edificio medía 51 × 107 metros, lo que lo convierte en el templo de mayores dimensiones conocidas en Asia Menor y uno de los más monumentales de todo el Imperio.

El santuario original, probablemente dedicado a Júpiter (Zeus), fue destruido por un terremoto en 117 d.C. Su reconstrucción se inició en 124 d.C., coincidiendo con la visita y el patrocinio del emperador Adriano, y bajo la dirección del arquitecto Aristainetos. La ciudad recibió entonces el título de neocoro, guardiana del culto imperial, y sus habitantes proclamaron al emperador como el decimotercer dios olímpico.

El edificio se alzaba sobre una vasta subestructura de galerías abovedadas, con al menos quince cámaras de ventilación, que permitían sostener su enorme plataforma. Estaba rodeado por sesenta columnas corintias de más de 21 m de altura y 2,1 m de diámetro, talladas en mármol local procedente de las canteras de Kapıdağ. Los capiteles corintios, ricamente decorados con hojas de acanto y motivos de ánforas en relieve, alcanzaban 2,49 m de altura, siendo los más grandes hallados en Anatolia. Algunos conservan restos de dorado, testimonio del esplendor que caracterizó al templo durante la dinastía de los Antoninos.

En 2013 se descubrió uno de estos capiteles intacto, de 2,5 m de alto y 1,9 m de diámetro, con un peso estimado de 20 toneladas. Su hallazgo confirmó la monumentalidad descrita por las fuentes antiguas. El cronista Juan Malalas lo calificó como “uno de los prodigios del mundo antiguo”, y Dión Casio escribió que era “el mayor y más hermoso de todos los templos”, cuyas proporciones “eran más dignas de asombro que de elogio”.

Por su tamaño, el templo de Adriano superaba en superficie a los de Artemisa en Éfeso, Apolo en Didyma, Júpiter en Baalbek y Zeus en Atenas, situándose a la cabeza de la arquitectura religiosa del siglo II d.C. Según el orador Aelio Aristides, su altura era tal que “servía de referencia incluso a los navegantes del mar de Mármara”.

 

podium del templo de Adriano en Cyzicus
Podium del templo de Adriano en Cyzicus (foto: Carole Raddato)
vestigios del templo de Adriano en Cyzicus
Canaleta con forma de cabeza de león (foto: Carole Raddato)

 

EL ANFITEATRO DE CYZICUS

El anfiteatro romano de Cyzicus se localiza al este del templo de Adriano, en las laderas meridionales del monte Dindymon, entre olivares y una densa vegetación que ha cubierto casi por completo sus estructuras. Aunque aún no ha sido excavado de manera sistemática, su trazado oval se percibe claramente desde el aire, revelando la magnitud de una de las construcciones de espectáculos más grandes de Asia Menor.

El edificio tenía una planta elíptica de aproximadamente 140 metros de eje mayor, con vomitorios y galerías radiales que facilitaban el acceso al graderío. Las ruinas visibles corresponden a dos grandes pilastras y a un muro monumental de acceso, probablemente la porta pompae del anfiteatro. La técnica constructiva combina sillería granítica en los muros exteriores con opus incertum y arcos de ladrillo en el interior, una solución habitual en los grandes anfiteatros imperiales del siglo II d.C.

En su centro discurre el arroyo Kleite, un cauce natural que atraviesa longitudinalmente la arena. Esta singularidad ha llevado a los arqueólogos a plantear que en el recinto se celebraran naumaquias o combates navales simulados, lo que explicaría también el sistema de drenaje y las rampas laterales descubiertas entre la maleza. La presencia del arroyo, unida a la ligera pendiente del terreno, debió de proporcionar al conjunto un escenario excepcional, aprovechando el relieve natural para sustentar las gradas.

Los materiales reutilizados en su construcción, junto con inscripciones fragmentarias halladas en el entorno, permiten fechar el anfiteatro en época de Adriano (124–138 d.C.), probablemente erigido al mismo tiempo que el templo imperial, tras el terremoto de 117 d.C. Su tamaño, comparable al de los grandes anfiteatros de Asia —como los de Éfeso o Pérgamo—, confirma la importancia de Cyzicus como capital provincial y centro de celebraciones imperiales.

 

vestigios del anfiteatro romano de Cyzicus
Vestigios del anfiteatro romano de Cyzicus (foto: Carole Raddato)

INFORMACIÓN PRÁCTICA

El yacimiento de Cyzicus se extiende entre los olivares del pueblo de Düzler, a unos 10 km de Erdek. El acceso es libre y gratuito, sin control de entrada ni horario, pues las ruinas están al aire libre. No existe recorrido señalizado, aunque los principales restos —el templo de Adriano y los muros del anfiteatro— se localizan fácilmente siguiendo los caminos rurales que parten del pueblo.

El terreno es irregular y cubierto de vegetación, por lo que se recomienda calzado cómodo y pantalón largo. La visita no es apta para personas con movilidad reducida. Los meses de primavera y otoño son los más adecuados: clima suave y mejor visibilidad del conjunto.

Erdek es un destino de playa, con varios alojamientos hoteleros en el paseo marítimo y una amplia oferta durante la temporada estival (junio-septiembre). Desde Erdek se puede llegar al yacimiento en vehículo propio o taxi (15 min aprox.). No hay transporte público directo. Quienes viajen desde Estambul pueden tomar el ferry rápido İDO hasta Bandırma (3 h) y enlazar con un minibús a Erdek.

Las piezas arqueológicas más representativas del templo se exhiben en el Museo al Aire Libre de Erdek, de visita libre, y en el Museo Arqueológico de Bandırma.

 

VISITAS CERCANAS

Tras la visita al imponente templo de Adriano, podemos completar el recorrido con algunos enclaves arqueológicos situados a poca distancia, todos ellos en la provincia de Balıkesir, y accesibles en menos de una hora por carretera.

ERDEK

A solo 10 km al suroeste, unos 15 minutos de trayecto, se encuentra la localidad de Erdek, punto de partida ideal para explorar la península de Kapıdağ. En su pequeño Museo Arqueológico, abierto en temporada estival, se exponen esculturas, inscripciones y monedas procedentes de la antigua Cyzicus. Desde el propio Erdek se pueden recorrer los caminos rurales que conducen a los restos visibles del templo de Adriano, los tramos de muralla y las calas donde se situaban los puertos de Chytus y Panormos.

BANDIRMA

A 32 km al sur, aproximadamente 35 minutos por carretera, se levanta el yacimiento de Daskyleion, en el municipio de Bandırma. Esta antigua sede de los sátrapas persas del Helesponto, posteriormente ciudad helenística y romana, conserva murallas, viviendas y relieves de época aqueménida únicos en Asia Menor. Las excavaciones continúan activas, y parte del conjunto puede visitarse gracias a un recorrido señalizado con paneles interpretativos.

Para quienes deseen ampliar su recorrido más allá del entorno de Cyzicus, la ciudad de Balıkesir, situada a unas dos horas de camino, ofrece un excelente complemento. Su Museo Arqueológico, moderno y bien estructurado, reúne piezas procedentes de toda la región de Misia: esculturas de Cyzicus, relieves de Daskyleion y objetos de Hadrianutherae. Constituye la mejor síntesis de la arqueología de la provincia romana del Helesponto.

 

FUENTES
Koçhan, N. & Meral, K. (2020). Kyzikos Hadrian Tapınağı’nın Alt Yapısı ve Sütun Başlıkları Üzerine Bir Değerlendirme. Akademik Sosyal Araştırmalar Dergisi, 8(100), 27–45.
Kültür ve Turizm Bakanlığı, Balıkesir Kültür Varlıkları Dairesi (2024)
Following Hadrian Photography. “Cyzicus (Kyzikos), the ancient city of Mysia and the monumental Temple of Hadrian.” Febrero de 2024
Aeternitas Numismatics. “The Amphitheatre of Cyzicus.” Blog numismático-arqueológico, 2016.

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