El legado romano de Amman
Publicado el 26 de octubre de 2018. Última actualización el 26 de octubre de 2025.
Jordania – Amman / PHILADELPHIA (Arabia Petraea)
Ammán, capital del Reino Hachemita de Jordania, se levanta sobre una serie de colinas —originalmente siete y hoy diecinueve— que dominan el valle del Wadi Ammán, al noroeste del país. La ciudad moderna oculta bajo sus calles los restos de una urbe milenaria: Philadelphia, nombre con el que fue conocida durante el dominio helenístico y romano. Situada a 30 km del aeropuerto internacional Reina Alia y con una población cercana a los tres millones de habitantes, Ammán constituye un ejemplo singular de superposición histórica, donde el pasado clásico sobrevive integrado en el tejido urbano contemporáneo.
HISTORIA DE AMMAN
Los orígenes de Ammán se remontan a la Edad del Bronce. Hacia el 1300 a.C. ya era la capital del reino amonita, conocida como Rabbat Ammon, una de las principales ciudades del altiplano oriental. En torno al 985 a.C. fue conquistada por el rey David y posteriormente mencionada en la Biblia como Rabat de los hijos de Amón.
Durante la primera mitad del siglo III a.C., el monarca helenístico Ptolomeo II Filadelfo la renombró Philadelphia, integrándola en la órbita cultural griega. Tras pasar sucesivamente bajo control seléucida y nabateo, fue conquistada por Herodes el Grande en el 30 a.C., quien la incorporó a sus dominios bajo protección romana.
Philadelphia fue la ciudad más meridional de la Decápolis, confederación de urbes helenísticas del Próximo Oriente oriental. Su posición estratégica, en la ruta caravanera que unía Bosra con Aila (Aqaba), impulsó un notable desarrollo urbano. En el año 106 d.C., bajo el emperador Trajano, la ciudad pasó a formar parte de la nueva provincia de Arabia Petraea. Alcanzó su apogeo entre los siglos II y III d.C., con importantes construcciones públicas y un floreciente comercio regional.
Tras el periodo bizantino, la ciudad fue tomada por los persas sasánidas en 614 d.C. y, dos décadas después, conquistada por las tropas musulmanas del califa ʿUmar ibn al-Jattab en 635 d.C. A partir de entonces se integró en el mundo islámico, iniciando un prolongado declive hasta su reocupación moderna a finales del siglo XIX.
QUÉ VER EN AMMAN
En Ammán encontramos interesantes vestigios de la época romana “escondidos” entre los modernos edificios de la ciudad.
EL TEATRO ROMANO Y EL ODEÓN
El teatro romano de Amman, excavado en la ladera septentrional del Wadi Ammán, es el monumento más emblemático de la antigua Philadelphia. Fue construido entre los años 138 y 161 d.C., durante el principado de Antonino Pío, y contaba con una capacidad aproximada para 6 000 espectadores. Su orientación al norte protegía a los asistentes del sol, y su graderío, dividido en tres sectores (cavea ima, media y summa), se adapta perfectamente a la pendiente natural del terreno. La escena y la orchestra fueron parcialmente reconstruidas, permitiendo hoy apreciar su magnífica acústica y proporciones.
A la derecha del teatro se levanta el odeón, un pequeño edificio semicircular de la misma época, destinado a representaciones musicales y actos públicos, con aforo para unas 500 personas.
Entre ambos se extendía el foro romano, de planta trapezoidal, datado en época del emperador Cómodo (177-192 d.C.). Del conjunto se conservan una larga columnata corintia en su lado sur y restos del pórtico occidental. El foro, el teatro y el odeón formaban el gran espacio cívico central de la Philadelphia romana.


EL TEMPLO DE HÉRCULES
Sobre la colina de la Ciudadela (Jabal al-Qalʿa), antigua acrópolis de Philadelphia, se alzan los restos del Templo de Hércules, construido entre 161 y 169 d.C., durante el reinado conjunto de Marco Aurelio y Lucio Vero. El edificio, de orden corintio, presentaba una monumental fachada hexástila. Se conservan hoy tres columnas de más de 10 metros de altura y fragmentos de una estatua colosal que probablemente representaba al héroe.
El templo formaba parte de un extenso recinto religioso en la acrópolis, donde también existían un santuario dedicado a Zeus y un pequeño foro superior con pórticos.

MUSEOS DE AMMAN
EL MUSEO DE ARQUEOLOGÍA
Situado en la colina de la Ciudadela, este museo fue inaugurado en 1951 y expone materiales procedentes de todo el país, desde el Paleolítico hasta la época islámica. En sus colecciones destacan esculturas nabateas, relieves romanos, mosaicos bizantinos y objetos hallados en las excavaciones de Jerash, Madaba y la propia Amman.
EL MUSEO DE LAS ARTES TRADICIONALES DE JORDANIA
Otro museo a tener en cuenta es el Museo de las Tradiciones Populares de Jordania, situado al este del teatro romano de Amán. Una de sus cinco salas cuenta con una colección de mosaicos procedentes de las iglesias bizantinas de Jerash y Madaba. Estos museos abren todos los días de ocho de la mañana a seis de la tarde, salvo los viernes, que lo hace de nueve de la mañana a cuatro de la tarde.

THE JORDAN MUSEUM
Un nuevo museo es The Jordan Museum, instalado en la zona de Ras al-‘Ayn, destinado a acoger la colección arqueológica nacional y la historia de la familia real hachemita. Inaugurado oficialmente en el verano de 2013, es el mayor museo del país, con cerca de 10.000 m2 de espacio expositivo. Uno de sus principales atractivos son los Rollos del Mar Muerto, documentos de cuero, papiro y cobre que cuentan con algunos de los documentos bíblicos más antiguos que se conocen.

VISITAS CERCANAS
Ammán constituye un excelente punto de partida para explorar algunos de los enclaves arqueológicos más notables del altiplano jordano. En menos de una hora de viaje, el visitante puede descubrir los restos de Jerash, la antigua Gerasa, o los mosaicos bizantinos de Madaba y el Monte Nebo, vinculados al cristianismo primitivo.
JERASH
A 50 km al norte de Ammán, siguiendo la autopista 35 (King’s Highway), se llega en unos 50 minutos a la ciudad romana de Jerash, una de las urbes mejor conservadas de la Decápolis. Fundada en época helenística, alcanzó su máximo esplendor bajo el Imperio Romano. En ella se conservan el foro elíptico con columnas jónicas, el Arco de Adriano, el templo de Artemisa, el cardo máximo pavimentado y dos grandes teatros. Las excavaciones han revelado termas, ninfeos y basílicas que muestran la evolución urbana desde el siglo I a.C. hasta la Antigüedad tardía.
MADABA Y EL MONTE NEBO
A 31 km al suroeste de Ammán, por la carretera del Desierto (Ruta 15) y desvío hacia la Ruta 35, se llega en unos 35 minutos a Madaba, célebre por sus mosaicos bizantinos. El más famoso es el Mapa de Tierra Santa, en el suelo de la Iglesia de San Jorge, del siglo VI d.C., que representa Jerusalén, el Mar Muerto y el delta del Nilo con gran precisión geográfica.
A solo 10 km al oeste de Madaba —unos 15 minutos adicionales— se encuentra el Monte Nebo, donde la tradición bíblica sitúa la muerte de Moisés. En su cima se alzan los restos de una basílica bizantina del siglo VI d.C., con magníficos mosaicos de caza y escenas rurales, restaurados y expuestos en el Memorial de Moisés. Desde el mirador se domina el valle del Jordán y, en días claros, puede verse Jerusalén.
Más información.
THE JORDAN MUSEUM. www.jordanmuseum.jo
