DJEMILA. LA COLONIA ROMANA DE CUICUL
Argelia / CUICUL (Mauretania Caesariensis)
Djémila/Cuicul se encuentra a 50 Km. al noreste de Sétif. Djémila significa en árabe “la hermosa”, apelativo que se puede trasladar a su antecesora romana, Cuicul o Curculum. El asentamiento romano estaba estratégicamente situado en la cordillera montañosa del Ferdjiura, a 900 m. de altitud, en la confluencia de los torrentes del Wadi Guergour y el Wadi Betame. Djemila / Cuicul fue incluida entre los sitios Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1982, siendo uno de los más hermosos lugares romanos de toda Argelia.
Probablemente esta colonia romana fue fundada durante el Principado de Nerva (96-98 d.C.) para asentar en ella a veteranos licenciados de las legiones de Roma. Su desarrollo comercial la llevó a albergar una población superior a las diez mil personas, convirtiéndose de este modo en una destacada metrópolis romana. La dinastía africana de Septimio Severo (193 – 235 d.C.) engrandeció la colonia con impresionantes monumentos. El Cristianismo caló hondo entre la población de Cuicul, engalanando la ciudad con nuevos edificios, aunque no escapó del conflicto religioso entre los donatistas y la corriente principal, católica. Tras la era romana, siguió la invasión de los vándalos – en el 431 d.C. -, y a ésta la reconquista bizantina. Se cree que posteriormente fue abandonada a causa de los terremotos que asolaron la región.
A la entrada de la ciudad se encuentra ubicado el Museo de Cuicul. En él se halla una extraordinaria colección de mosaicos procedentes de las villas y mansiones de la ciudad, así como otros objetos de uso cotidiano hallados en las excavaciones arqueológicas de la misma. Merece la pena destacar una impresionante cabeza de Septimio Severo, el emperador nacido en Leptis Magna y elevado a la categoría divina gracias al culto imperial.
El clásico urbanismo romano se adaptó perfectamente a la sinuosa orografía del terreno. En los extremos del cardus maximus se encontraban las puertas de acceso a la colonia. En el centro de la ciudad, el Foro organizaba la vida pública, en torno a sus principales edificios. Al norte se hallaba el Capitolio, erigido en honor de la tríada Júpiter, Juno y Minerva. Al este la Curia y la Basílica Julia al oeste. En los aledaños del foro se localiza el Mercado de Cosinus. Cuenta con increíbles inscripciones que incluyen leones y una extraña figura con cabeza de hombre y cuerpo de serpiente. En este lugar también se encuentra el templo de Venus Genetrix. En esta parte de la colonia se han hallado varias mansiones señoriales, cubiertas de espléndidos mosaicos que dan nombre a las casas (del Anfiteatro, de Europa, etc.), habitadas sobre todo en la segunda centuria.
El crecimiento de la ciudad llevó, a partir de mediados del siglo II d.C., a expandir la ciudad fuera de sus murallas, creando un nuevo barrio hacia el Sur. Destaca el Arco de Caracalla (216 d.C.), que marcaba el acceso al nuevo foro, dominado por el Templo de la Familia de los Severos; un teatro finalizado en tiempos de Antonino Pío, con capacidad para unas 3.000 personas; y las grandes termas construidas en la época de Cómodo.