EL FORO ROMANO

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Italia – Lazio / ROMA (Regio I)

 

El Foro romano está integrado en el Parque Arqueológico del Coliseo, que agrupa, además de los foros de la Roma Antigua, el Palatino y el Anfiteatro Flavio. Toda esta área es Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1980.

En este artículo te proponemos un recorrido detallado por el Foro Republicano, destacando sus principales edificios y ofreciendo consejos para aprovechar al máximo la visita a este extraordinario lugar.

 

SU HISTORIA

El Foro Republicano se convirtió en el centro político, religioso, comercial y social de Roma durante más de un milenio, evolucionando con la ciudad desde sus humildes inicios hasta convertirse en el núcleo del Imperio Romano. Su historia comienza en el siglo VII a.C., cuando esta zona pantanosa,  localizada entre las colinas Palatina, Capitolina y Velia, se drenó mediante la construcción de la Cloaca Máxima. Esta obra de ingeniería permitió su transformación en un espacio público.

Durante la República (509-27 a.C.), el Foro se consolidó como el lugar donde se erigieron los templos más importantes, como el de Saturno y el de Cástor y Pólux, y donde se construyeron las primeras basílicas para albergar actividades comerciales y judiciales. En esta etapa, el Foro se convirtió en el escenario de los debates del Senado, las asambleas populares y los juicios, reflejando la vitalidad de la política romana.

El periodo de mayor esplendor del Foro llegó con el final de la República y el inicio del Imperio. Entre los siglos I a.C. y I d.C., figuras como Julio César y Augusto lo embellecieron con nuevas construcciones y renovaciones, como la Curia Julia y los Rostra, desde donde los líderes dirigían sus discursos al pueblo. Durante este tiempo, se construyeron monumentos como el Templo de Vesta, hogar del fuego sagrado de Roma, y se celebraron fastuosos triunfos militares que recorrían la Via Sacra, eje principal del Foro.

Con la decadencia del Imperio, el Foro perdió su relevancia. Durante la Alta Edad Media, se abandonó progresivamente. Muchos de sus edificios se desmontaron para reutilizar sus materiales. El área se convirtió en un campo de pastoreo conocido como el «Campo Vaccino». Quedó casi en el olvido, hasta que los humanistas del Renacimiento redescubrieron su valor histórico.

 

Foro romano (foto: Sergio Geijo)

 

QUÉ VER

Acompáñanos a descubrir los monumentos del Foro Romano, con su historia, sus características y que hoy puedes admirar en tu visita.

 

EL FORO DE JULIO CÉSAR

Nuestra visita comienza en el Foro del Divino Julio César, un espacio construido en el 46 a.C. para descongestionar el Foro Republicano. En el centro del foro se alza el templo dedicado a Venus Genetrix, la diosa protectora de la gens Julia. Testigo de su grandeza, se encuentran sus elegantes columnas corintias. Este templo, de mármol blanco y coronado por una estatua de Venus, albergaba tesoros como una estatua dorada de Cleopatra y obras de arte de la época helenística. Fue aquí donde Julio César quiso reforzar su conexión divina con la diosa y su linaje.

 

Foro de Julio Cesar (foto: Sergio Geijo)

LA BASÍLICA EMILIA

Al acceder al Foro Republicano, por la Via dei Fori Imperiali, nos encontramos a nuestra derecha con la Basílica Aemilia. Este  edificio monumental desempeñó un papel crucial en la vida social y comercial de la Roma republicana. Se construyó en el 179 a.C. por los cónsules Lucio Emilio Paullus y Cayo Aemilio Lepido, de ahí su nombre. Su función principal era servir como un espacio para transacciones comerciales y como sede de actividades judiciales y administrativas. Era un lugar de encuentro entre los romanos, un punto de intercambio de noticias, disputas legales y comercio.

Aunque se encuentra en ruinas, la basílica original era una estructura monumental, de planta rectangular, con columnas corintias que sostenían un techo de madera, posteriormente reemplazado por una bóveda de hormigón.  Estaba dividida en varias naves y tenía un pórtico en su exterior, lo que facilitaba el acceso desde varias direcciones. Hoy en día se conservan los cimientos, algunas columnas y fragmentos de la arquitectura original. La Basílica Aemilia fue el ejemplo de un modelo que se repetiría en muchas otras basílicas a lo largo de la República y el Imperio.

 

Foro romano. Basílica Aemilia (foto: Sergio Geijo)

 

Después de la Basílica Aemilia, nos encontraremos, a nuestra izquierda con el templo de Antonino y Faustina, del que hablaremos más adelante, y frente a nosotros, otras dos importantes construcciones, el templo del Divino Julio y la Regia.

La Regia, es una de las construcciones más antiguas del Foro. Según la tradición, fue la residencia del rey Numa Pompilio, el segundo rey de Roma. Más tarde, se convirtió en la sede del Pontífice Máximo, el sumo sacerdote de Roma. La Regia era el lugar donde se guardaban importantes documentos religiosos y rituales sagrados. Se conservan restos de los cimientos y parte de las paredes, que permiten apreciar la disposición original del edificio.

 

EL TEMPLO DEL DIVINO JULIO

Entre el templo de Vesta y la Basílica Aemilia se encuentra un lugar muy especial, el lugar donde se encontraba el templo del Divino Julio. Se construyó en el lugar donde se había incinerado su cuerpo tras su asesinato en los Idus de Marzo del 44 a.C.  Hoy, los visitantes pueden observar un pequeño altar donde aún se depositan flores y monedas como homenaje al dictador que cambió el curso de la historia romana. Este templo, erigido por Augusto, marcó el inicio del culto imperial en Roma.

 

Foro romano. Templo del Divino Julio (foto: Sergio Geijo)

 

EL TEMPLO DE CASTOR Y PÓLUX

Detrás de estas construcciones, nos encontramos con las grandiosas columnas del templo de Castor y Polux, y, enfrente, el templo de Vesta. Del primero, se conservan tres columnas de mármol corintio, que se encuentran entre las más visibles y reconocibles del Foro. Se construyó tras la victoria romana en la Batalla del Lago Regilo (496 a.C.), contra una coalición de pueblos latinos y volscios. Conmemora la intervención divina de los gemelos en esta batalla, una victoria crucial para la República naciente y su dominio sobre el Lacio.

 

EL TEMPLO DE VESTA

Es uno de los monumentos más emblemáticos del Foro Romano. Este pequeño templo circular era el centro del culto a Vesta, la diosa del hogar y el fuego sagrado de Roma. Las Vestales, las sacerdotisas encargadas de mantener el fuego eterno, residían cerca del templo, en la Casa de las Vestales. El templo original se fundó en el siglo VII a.C., durante el reinado de Numa Pompilio, segundo rey de Roma. Su culto perduró hasta el IV d.C., siendo abolido por el emperador Teodosio, con la declaración del Cristianismo como religión oficial.

Su diseño circular simbolizaba el hogar. Evocaba las primitivas cabañas redondas de los primeros habitantes del Lacio, y la naturaleza del culto a la diosa, profundamente ligado al fuego sagrado. El hogar (en latín, focus) era el lugar donde ardía el fuego del hogar familiar, considerado esencial para la protección y la prosperidad. Su estructura era sencilla pero elegante, con una columnata dórica que rodeaba el edificio. El fuego sagrado de Vesta era considerado esencial para la supervivencia de Roma, y el mantenimiento de este fuego era un acto de gran importancia religiosa.

La Casa de las Vestales, que se encontraba al lado, era un complejo residencial que permitía a las sacerdotisas vivir cerca del templo. Se conservan las bases de las columnas y la forma circular del templo. Las ruinas del Altar de Vesta son otro punto de interés, donde se realizaban los rituales de la diosa. También es fascinante ver los vestigios de la Casa de las Vestales, situada justo al lado del templo, donde se conservan vestigios de la vida cotidiana de estas figuras esenciales en la religión romana.

Las vestales eran seleccionadas entre niñas patricias. Servían durante 30 años bajo un estricto voto de castidad, disfrutando de privilegios únicos, como tener asientos de primera fila en espectáculos públicos, derecho a liberar a esclavos y tener propiedades propias. Pero enfrentando castigos severos si fallaban en sus deberes. Si rompían su voto de castidad, eran enterradas vivas, ya que su sangre no podía derramarse. Si permitían que el fuego sagrado se extinguiera, eran flageladas.

 

Foro romano. Templo de Vesta y Templo de Castor y Polux (foto: Sergio Geijo)
Foro romano. Casa de las Vestales (foto: Sergio Geijo)

 

LA BASÍLICA JULIA

Echando la mirada hacia la colina capitolina, donde en la Antigüedad se levantaba el Templo de Júpiter, nos encontramos con la plaza del foro, y junto a ella, la Basílica Julia. Esta impresionante construcción se realizó por orden de Julio César en el 46 a.C. para la administración de justicia y reuniones comerciales. Era un centro de actividad constante. Aunque hoy solo quedan los cimientos y algunas columnas, podemos imaginar su majestuosidad. Tenía una doble fila de columnas y un techo de madera, con mármoles que reflejaban el lujo de la Roma republicana.

 

Foro romano y Arco de Septimio Severo al fondo (foto: Sergio Geijo)
Foro romano. Basilica Julia (foto: Sergio Geijo)

 

Antes de llegar a la colina del Capitolio, donde se erguía en la Antigüedad el templo de Jupiter, se encuentran otras construcciones de gran interés: el templo de Vespasiano, el templo de  Saturno, el templo de la Concordia y el Arco de Septimio Severo.

 

TEMPLO DE SATURNO

Su construcción se realizó en el 497 a.C., pasando por varias destrucciones y reconstrucciones a lo largo de los siglos. Sus ocho majestuosas columnas corintias, visibles desde muchos puntos del Foro, son una de las imágenes más icónicas de Roma. Este templo albergaba el aerarium, el tesoro del Estado romano. Frente a él se celebraban las Saturnales, festividades que marcaban el inicio del invierno con banquetes y celebraciones populares.

 

Templo de Vespasiano y templo de Saturno (foto: Sergio Geijo)

 

Detrás del templo de Saturno se encuentran los vestigios de los templos de Vespasiano y del templo de la Concordia. Este último estaba dedicado a la diosa Concordia, símbolo de la paz y la unidad en Roma. Se construyó en el 121 a.C. y refleja la importancia de los valores republicanos de la unidad política en tiempos de conflictos internos. Aunque el templo original no sobrevivió por completo, los restos visibles de su estructura nos dan una idea de la grandeza de la construcción.

 

ARCO DE SEPTIMIO SEVERO

Por delante del templo de la Concordia se halla el Arco de Septimio Severo. Este arco triunfal se erigió en el 203 d.C. para conmemorar la victoria del emperador Septimio Severo y sus dos hijos, Caracalla y Geta, en la guerra contra los partos.

En las proximidades del arco triunfal, se encontraba las Rostra, o tribunas de oradores. En estas plataformas, decoradas con los espolones de barcos capturados,  dieron sus célebres discursos personajes como Cicerón o Marco Antonio.

 

Arco de Septimio Severo. Vista desde el Tabularium (foto: Sergio Geijo)

 

EL TABULARIUM

Aunque no se encuentra en el nivel del Foro, al alzar la vista hacia el Capitolio podemos observar el Tabularium, construido en el 78 a.C. Este edificio albergaba los archivos estatales y constituye una de las estructuras mejor conservadas del período republicano, gracias a su integración en el Palacio Senatorio en épocas posteriores.  En la actualidad, se puede acceder al tabularium, dentro de la visita a los Museos Capitolinos. Desde el Tabularium se obtienen unas magníficas vistas del foro.

 

EL TEMPLO DE ANTONINO Y FAUSTINA

Volviendo sobre nuestros pasos por la Via Sacra, tras dejar a nuestra izquierda la Basílica Emilia, llegamos hasta el  Templo de Antonino y Faustina, uno de los edificios mejor conservados del Foro. Se construyó en el 141 d.C. por orden del emperador Antonino Pío en honor a su esposa Faustina. El templo se dedicó más tarde al propio emperador tras su muerte. Su fachada, con columnas corintias de mármol verde de Cariacia, es una de las más impresionantes del Foro. Este templo simboliza la deificación imperial, una práctica que reforzaba la conexión entre los emperadores y los dioses. En la Edad Media,se convirtió en la iglesia de San Lorenzo in Miranda, lo que ayudó a su conservación. Podemos deleitarnos con su imponente fachada y las columnas originales, además de la inscripción que aún se conserva en el arquitrabe, dedicada a Faustina y Antonino.

 

Foro romano. Templo de Antonio y Faustina (foto: Sergio Geijo)

LA BASÍLICA DE MAJENCIO

A medida que avanzamos por la Via Sacra, a la izquierda se alzan en primer lugar el denominado templo de Romulo y, detrás,  los imponentes restos de la Basílica de Majencio, también conocida como la Basílica Nueva. Se construyó por  Majencio en el siglo IV d.C. y la completó su rival, Constantino. Este fue el último gran proyecto de construcción del Foro Romano. Esta basílica era un espacio multifuncional que albergaba reuniones administrativas y judiciales. En su momento, la basílica era famosa por albergar una colosal estatua de Constantino en su interior. Partes de esta estatua se encuentra hoy en los Museos Capitolinos. De la basílica, se conservan las gigantescas bóvedas de cañón del lado norte y parte de los arcos que sostenían el techo. Es uno de los edificios más impresionantes del Foro.

 

Foro romano. Basílica de Majencio (foto: Sergio Geijo)

 

Al final de la Via Sacra, llegamos al Arco de Tito, que marca el final del Foro Republicano y el inicio del camino hacia el Coliseo.

 

Foro romano. Arco de Tito (foto: Sergio Geijo)

EL ARCO DE TITO

Este impresionante monumento se construyó en el 81 d.C. por orden del emperador Domiciano para conmemorar las victorias de su hermano Tito en la Primera Guerra Judeo-Romana, especialmente la conquista de Jerusalén en el 70 d.C. El relieve más famoso del arco muestra la procesión triunfal romana con los tesoros saqueados del Templo de Jerusalén, incluido el candelabro de siete brazos (menorá). Este relieve es una fuente histórica crucial para entender la relación de Roma con Judea. El arco está magníficamente conservado, con sus relieves internos aún visibles. La inscripción en la parte superior destaca la divinización de Tito tras su muerte.

 

Foro romano. Arco de Tito (foto. Sergio Geijo)
Foro romano. Arco de Tito (foto: Sergio Geijo)

 

Más allá del arco, seguimos por la Via Sacra, que nos lleva hasta el Coliseo. Por el camino encontramos restos de mercados y pequeñas estructuras que complementaban la vida cotidiana de los romanos. Finalmente, llegamos al Anfiteatro Flavio, símbolo indiscutible de la Roma imperial.

 

Foro romano con el Coliseo al fondo (foto: Sergio Geijo)

 

ACCESOS DESDE EL  FORO AL PALATINO

La colina Palatina, legendaria cuna de Roma, se alza majestuosamente sobre el Foro Republicano. Desde este lugar, los emperadores y los ciudadanos más ricos de Roma contemplaban el bullicio del corazón político de la ciudad. Hoy en día, varios accesos permiten a los visitantes conectar ambos espacios y explorar la transición entre la Roma pública y la privada.

 

LA RAMPA DE DOMICIANO

Uno de los accesos mejor conservados al Palatino desde el Foro es la Rampa de Domiciano. Este corredor cubierto conectaba el Foro con el complejo imperial del Palatino, permitiendo a los emperadores desplazarse de manera discreta entre su residencia y los espacios públicos. Construida en el siglo I d.C., su inclinación suave y techada la hacía apta para procesiones ceremoniales. Hoy en día, se pueden recorrer algunos tramos originales de la rampa y observar la arquitectura monumental que permitía integrar estos dos espacios sin perder funcionalidad ni majestuosidad. La rampa simboliza el control total que los emperadores tenían sobre el espacio urbano, al conectar de forma directa el centro de poder administrativo con el poder simbólico del Palatino.

 

Rampa de Domiciano (foto: Carole Raddato)

EL ARCO DE TITO Y EL CLIVUS PALATINUS

Junto al Arco de Tito, un camino conocido como el Clivus Palatinus asciende hacia la colina. Este acceso era una de las principales vías para conectar el Foro con las residencias aristocráticas y, más tarde, con los palacios imperiales. La pendiente está flanqueada por restos de construcciones romanas que formaban parte de los complejos palaciegos. Mientras subes, puedes observar vestigios de antiguas viviendas, cisternas y pasadizos que alimentaban la vida diaria del Palatino. Este camino estaba lleno de simbolismo, ya que las procesiones triunfales pasaban por aquí en su camino al Templo de Júpiter en el Capitolio. También marcaba la entrada a la zona más exclusiva de la ciudad: la colina donde vivían los fundadores y los emperadores.

 

ACCESO DESDE EL TEMPLO DE LA MAGNA MATER

En el lado sur del Foro, cerca de la Casa de las Vestales, encontramos otro acceso al Palatino que conduce al área del Templo de la Magna Mater y a las Cabañas de Rómulo, un lugar cargado de leyenda. Según la tradición, este es el lugar donde se asentaron los primeros habitantes de Roma tras la fundación por Rómulo en el siglo VIII a.C. Desde aquí, puedes explorar los restos del templo y disfrutar de una vista privilegiada del Foro y de la llanura circundante. El culto a la Magna Mater, traído desde Frigia en el siglo III a.C., simbolizaba la conexión de Roma con el mundo mediterráneo y su ambición de convertirse en un imperio universal.

 

 

CONSEJOS PRÁCTICOS PARA VISITAR EL FORO ROMANO Y EL PALATINO

Una visita al Foro Republicano y al Palatino es una experiencia inolvidable, pero requiere cierta planificación para aprovechar al máximo el tiempo y disfrutar de cada rincón histórico. Aquí tienes algunos consejos esenciales:

  1. Planifica tu ruta:
    • Si tienes poco tiempo, prioriza los puntos más destacados: el Arco de Tito, el Templo de Saturno, la Casa de las Vestales y la subida al Palatino.
    • Para visitas más extensas, reserva al menos 3 horas para explorar todos los rincones, incluidos los accesos al Palatino.
  2. Evita las multitudes:
    • Llega temprano, especialmente si visitas durante la temporada alta (primavera y verano).
    • Los horarios después de las 15:00 suelen ser más tranquilos, aunque con menos luz para fotografiar.
  3. Equipo esencial:
    • Calzado cómodo: el terreno es irregular y las distancias son considerables.
    • Sombrero y agua: especialmente en verano, cuando el sol puede ser muy intenso y hay pocas sombras.
    • Guía o audioguía: te ayudará a identificar los monumentos y comprender su historia.
  4. No te pierdas las vistas:
    • Desde el Palatino, puedes disfrutar de panorámicas espectaculares del Foro Republicano y el Coliseo. Es el lugar perfecto para una pausa reflexiva o para sacar fotografías memorables.

Datos adicionales que hacen la visita especial

  • Zonas menos conocidas:
    • Explora los restos de la Casa de los Grifos en el Palatino, un ejemplo fascinante de pintura romana.
    • Visita las inscripciones y objetos expuestos en la Antiquarium Forense, un pequeño museo situado en el área del Foro.
  • Recreaciones históricas:
    • Consulta si durante tu visita coincides con recreaciones históricas, como las conmemoraciones de la fundación de Roma en abril (Natalis Romae), que suelen incluir desfiles y actividades en el Foro.

 

Más información.

FORO ROMANO
HORARIOS: El Foro Romano y el Palatino suelen abrir a las 9:00 y cierran al atardecer, con variaciones según la temporada: De finales de marzo a finales de octubre: de 9:00 a 19:00. e finales de octubre a finales de marzo: de 9:00 a 16:30. Última entrada: una hora antes del cierre.
ENTRADAS: Las entradas combinadas incluyen el Fo ro Romano, el Palatino y el Coliseo. Es recomendable comprarlas con antelación para evitar largas filas. Las opciones son: Entrada estándar: acceso al Foro, Palatino y Coliseo. Entrada con visita guiada: ideal para quienes buscan una experiencia más enriquecedora. Entrada "Stern": acceso a zonas menos transitadas, como la Casa de Augusto o la Casa de Livia.
Tarifas 2024: Adultos... 11,50 €.
WEB: parcocolosseo


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