EL FORO BOARIO Y LA BOCA DE LA VERDAD

La Piazza Bocca della Verità se encuentra localizada entre el Circo Massimo y el río Tiber (Tevere en italiano). En este espacio se encontraba en la Antigüedad, el Foro Boario, un lugar dedicado al comercio de ganado. El espacio del Foro Boario limitaba al norte con la zona del teatro de Marcelo y el Foro Olitorio, el Velabro al noroeste, donde se levantan los arcos de Jano y de los Argentarios, el Circo Máximo al suroeste, el río Tiber al este, y el Aventino al sur.
Los principales puntos de interés son la famosa escultura de la Boca de la Verdad y los templos de Hércules Victorioso y Portunus, ambos de época republicana, y que han llegado a nuestros días en un extraordinario estado de conservación gracias a su transformación en iglesias cristianas en época medieval. Otros dos monumentos a destacar son el Arco de los Argentarios y el Arco de Jano.
LA BOCA DE LA VERDAD
Esta imponente escultura de mármol de Pavonazzo, de 1,75m. de diámetro, se encuentra en la pronaos de la iglesia de Santa María de Cosmedín. Se suelen formar grandes colas de turistas para poder retratarse con ella. Según la leyenda, quien mete la mano en su boca, la pierde, si es una persona mentirosa. El cine la inmortalizó en la película Vacaciones en Roma, con Audrey Hepburn y Gregory Peck.
Se desconoce a ciencia cierta cuál era su función. Se cree que la imagen representa al dios Océano. Quizás formara parte de una fuente. Algunos estudiosos sugieren que pudiera formar parte de la Cloaca Máxima, por su cercanía a la misma.

EL TEMPLO DE HÉRCULES VICTORIOSO
El templo de Hércules Victorioso, de planta circular, fue construido en torno al 120 a.C., en época republicana. Su buen estado de conservación obedece a que en el siglo XII fue transformado en iglesia. Su construcción fue financiada por el rico comerciante de aceite de oliva, Marcus Octavius Herennius. La estructura del templo es similar a la del templo de Vesta, en el Foro romano.

EL TEMPLO DE PORTUNUS
Este templo estaba dedicado a Portunus, dios de los puertos fluviales, y protector del Foro Boario. Tiene planta rectangular y está levantado sobre un amplio podio. Está considerado como uno de los edificios mejor conservados de la Antigua Roma. Su excepcional estado de conservación obedece a su transformación en iglesia en el año 872. Probablemente a finales del siglo XV, se consagró a Santa Maria la Egipcia. En 1571 el Papa Pio V dedicó la iglesia al pueblo armenio, hasta su desconsagración en 1920, cuando se produjo la restauración del templo romano.

EL ARCO DE LOS ARGENTARIOS
Su construcción fue financiada por el Colegio de cambistas y vendedores de bueyes(argentarii et negotiantes boarii huius loci) en el 204 d.C. Fue dedicado al emperador Septimio Severo y su familia. Con el ascenso al trono imperial de su hijo Caracalla, los nombres de su hermano Geta y su esposa Fulvia Plautilla, fueron borrados a causa de la damnatio memoriae, proclamada por Caracalla.

EL ARCO DE JANO
Este monumental arco cuadriforme fue erigido por los hijos de Cosntantino en honor de su padre. Su construcción se realizó en ladrillo, con losas de mármol en su parte exterior. En todas las caras de sus pilares se instalaron dos hileras de tres nichos que darían cobijo a cuarenta y ocho esculturas. Según un estudio de la Universidad de Córdoba y el CSIC, el impulsor del Arco de Jano fue el senador romano Memmio Vitrasio Orfito, probablemente en torno al 357 d.C., que conmemoraba así el triunfo del emperador romano Constancio II sobre Magnentio, que además había asesinado a su hermano. En la Edad Media, el arco de Jano, fue utilizado como fortaleza por la poderosa familia Frangipane, que levantó una construcción defensiva sobre la estructura romana. La misma fue demolida en el siglo XIX.

LA ISLA TIBERINA Y EL PUENTE ROTO
Saliendo de la Piazza Bocca della Verità en dirección al río Tiber, nos encontramos con los vestigios de un antiguo puente romano, conocido como el Puente Roto, y la isla Tiberina. Este puente, también conocido como el Puente Emilio (Pons Aemilius), se cree que fue construido en torno al 241 a.C., con motivo de la construcción de la Via Aurelia. Las continuas crecidas del Tíber hicieron que fuera reconstruido en numerosas ocasiones a lo largo de los siglos. Las inundaciones de 1598 provocaron la destrucción de varios de sus arcos, que nunca volvieron a ser reconstruidos.

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