ROMA: EL PALAZZO MASSIMO ALLA TERME

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El Palacio Massimo Alla Terme es uno de los cuatro lugares que conforman el Museo Nacional Romano. Los otros tres son el Palacio Altemps, localizado en las proximidades de la Piazza Navona, la Cripta Balbi y las Termas de Diocleciano. Acoge una de las colecciones arqueológicas más importantes del mundo. Su visita me dejó gratamente impresionado, considerando que es un lugar de visita obligada para todos los amantes del arte romano.

 

HISTORIA

La construcción del Palazzo Massimo se remonta a los años 1883-87 como sede de la Escuela Jesuíta de Roma. En 1981 fue adquirido por el Estado Italiano para ser sede del Museo Nacional Romano. Tras una laboriosa restauración llevada a cabo por Constantino Dardi, el museo abrió al público en 1998.  La colección está dividida a lo largo de las cuatro plantas del edificio. El sótano alberga una de las mayores colecciones numismáticas del mundo.

 

LA COLECCIÓN

 

Planta Baja

La planta baja del edificio acoge esculturas de época republicana y de inicios del Imperio.  En torno a la galería que rodea el patio central se distribuyen una serie de bustos, tanto de época republicana, como de época imperial. La primera de las salas destaca la escultura de un militar romano, hallada en el templo de Hércules en Tívoli. En la sala central se exhibe el Augusto Pontifex Maximus, descubierto en la Via Labicana. El emperador  Augusto es representado con la cabeza cubierta, vistiendo una toga. Junto a la escultura del emperador se muestran diversos bustos de la familia imperial. Merece especial mención uno en bronce, que se cree representa a Germánico, hijo de Druso y sobrino de Tiberio.

 

Militar romano, época republicana (foto: Sergio Geijo)
Augusto Pontifex Maximus (foto: Sergio Geijo)

 

Las siguientes estancias cuenta con interesantes obras, de origen griego. Destaca la escultura de Niobe herida. La hija de Niobe, se lleva las manos a la espalda, tras ser mortalmente herida por una flecha disparada por la diosa Artemisa. Esta impactante obra se descubrió en 1906, oculta en los Horti Salustiani, los Jardines de Salustio. Probablemente fue traída a Roma por Augusto. Se cree que, originariamente, formaba parte de la decoración del pedimento del templo de Apolo en Eretria, Grecia.

 

Niobe herida (foto: Sergio Geijo)

 

La siguiente sala cuenta con dos obras espectaculares, ambas en bronce. La primera, es una escultura en bronce de un hombre desnudo, en una pose reservada a monarcas y líderes militares. Se cree que puede ser un príncipe helenístico, del siglo III ó II a.C.  Probablemente fue traido a Roma como botín de guerra. En su abdomen cuenta con una inscripción de números latinos «MAR L VI P L XXIIX».  Es muy significativa dado que indica su lugar en el inventario de obras de arte que se guardaba en el Tabularium, el archivo estatal de Roma. En este caso, que se hallaba en el libro sexto, página veintidós, lugar décimo».  La segunda obra, el Púgil  en reposo, se encontró en las Termas de Constantino en Roma. Esta escultura en bronce, de 1,20m. de altura, por desgracia se encontraba en restauración durante mi visita al museo.

 

Príncipe helenístico. (foto: Sergio Geijo)

 

Primera Planta

Subiendo por las escaleras, accedemos a la primera planta donde se encuentran numerosas esculturas de época imperial, distribuidas por diferentes estancias. En una de ellas, nos encontramos con un soberbio Dioniso, de bronce. Esta escultura, realizada bajo la técnica de la cera perdida, nos muestra al joven dios, coronado con una diadema adornada con vides. Está fechada en época hadriana.

 

Dioniso. (foto: Sergio Geijo)

 

Entre las esculturas más famosas que se encuentran en el Palazzo Massimo destacan el Discóbolo Lancelotti, la Chica de Anzio, el Hermafrodita durmiente o la Venus en cuclillas. El Discóbolo fue descubierto en la Villa Palombara, en el Esquilino, en 1781. Esta obra, del siglo II d.C. es una copia en mármol del discóbolo de Mirón, obra griega en bronce del 450 a.C. A su lado se exhibe otra escultura, fragmentada, del mismo tema, descubierta en Castelporziano en 1906.

La Chica de Anzio es una escultura de época helenística que representa a una joven participando en un ritual dionisíaco. Probablemente se encontraba en algún santuario dedicado al dios Dioniso en Asia Menor. En algún momento fue trasladada a Roma y utilizada como elemento decorativo en una villa imperial de Anzio, la Antium romana, cuna de los emperadores Calígula y Nerón.

 

Discobolo Ancelotti (foto: Sergio Geijo)
Chica de Anzio. (foto: Sergio Geijo)

 

Otra de las estancias de la primera planta está dedicada a los elementos decorativos de los barcos de Calígula hallados en el Lago Nemi. Los bronces de Nemi representan cabezas de animales (leones y panteras) que decoraban las vigas de los barcos. La cabeza de Medusa es una extraordinaria muestra del moldeo a la cera perdida.

 

Cabeza de Medusa – barco 1 de Nemi. (foto: Sergio Geijo)

 

Segunda Planta

La segunda planta es el culmen a la visita del Palazzo Massimo. Aquí podemos deleitarnos con exquisitas muestras de arte musivario y pinturas murales, procedentes de majestuosas villas romanas y de la familia imperial.

 

Mosaico nilótico. Villa Maccarani – Aventino. (foto: Sergio Geijo)
Mosaico con cabeza de Sátiro y Pan. Villa de Marco Aurelio y Lucio Vero (foto: Sergio Geijo)

 

Las pinturas murales que se muestran decoraban las viviendas de las élites romanas. Destacan las pinturas de la domus de Termini, la villa romana de Castel di Guido, la Casa de Augusto y Livia, en Prima Porta, y  las de Villa Farnesina, que se cree pudo pertenecer a Agripa, lugarteniente y mano derecha del emperador Augusto, localizada a orillas del Tíber.

 

Pinturas murales de la Casa de Augusto y Livia (foto: Sergio Geijo)
Pinturas murales Villa Farnesina (foto: Sergio Geijo)

 

Otras muestras de pintura mural son las pertenecientes al columbario de la Villa Doria Pamphili o los frescos del Puerto Fluvial de San Paolo. Descubiertos entre los años 1939-40, formaban parte de la decoración de unas termas, que se cree que formaban parte de una villa suburbana.

 

Fresco de las termas del Puerto Fluvial de San Paolo (foto: Sergio Geijo)

 

Entre los ejemplos de mosaicos destacan los de la Villa de Baccano, perteneciente a la dinastía severa. Es destacable el mosaico de los aurigas del circo, con sus caballos y con la vestimenta de sus respectivos equipos (rojo,verde, blanco y azul).

 

Mosaico de Aurigas de Villa Baccano. (foto: Sergio Geijo)

 

Por último, la época tardorromana está exquisitamente representada con los mosaicos realizados con la técnica opus sectile. Son increíbles los mosaicos procedentes de la Basílica de Giunio Basso, en el Esquilino.

 

Mosaicos en opus sectile – Giunio Basso (foto: Sergio Geijo)

 

Más información.
PALAZZO MASSIMO (Largo di Villa Peretti, 2. 00185 Roma)
HORARIOS: Martes a domingo de 11:00 a 18:00.
Web

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