NEÁPOLIS. EL MAYOR CENTRO DE GARUM DEL MUNDO ROMANO

Túnez / NEAPOLIS (Africa Proconsular)
El yacimiento arqueológico de la antigua ciudad de Neápolis se encuentra próximo a la localidad costera de Nabeul, en la región noreste de Túnez, en la península del cabo Bon. Está situada a escasos kilómetros del golfo de Hammamet, una de las zonas más turísticas de Túnez.
La peculiaridad de Neápolis radican en que parte de la ciudad desapareció bajo las aguas en el siglo IV d.C. y reapareció, a nuestros ojos, hace ocho años. Además los numerosos vestigios de su industria pesquera son claves para el estudio de la producción alimentaria en el mundo romano. Los restos visibles de instalaciones industriales dedicadas al garum constituyen uno de los ejemplos mejor conservados del comercio agroalimentario romano en el Mediterráneo sur.
HISTORIA DE NEAPOLIS
La fundación de Neápolis se remonta al siglo V a.C., probablemente auspiciada por colonos griegos de Cirene. En el 413 a.C., el historiador griego Tucídides la describe como empòrion Karkedonikòn.
En las luchas entre Roma y Cartago se posicionó de parte del segundo durante la Tercera Guerra Púnica, lo que provocó su destrucción en el 148 a.C., a manos de Lucio Calpurnio Pisón.
En época romana, el territorio de Neapolis formó parte de la provincia romana de África Proconsular, obteniendo el grado de colonia, probablemente en época de Augusto: Colonia Iulia Neapolis. En el siglo I a.C., la ciudad adquirió un notable desarrollo económico como centro de producción pesquera y elaboración de garum y salazones.
Neápolis aparece mencionada en textos antiguos como el Itinerario de Antonino. Su posición era estratégica en las rutas marítimas que conectaban Cartago, Sicilia y el sur de Italia. Este prometedor desarrollo se vió brutalmente trastocado el 21 de julio del año 365 d.C., cuando un terremoto submarino, con epicentro en la isla de Creta, provocó un tsunami que sumergió parte de la ciudad bajo las aguas. El historiador Ammianus Marcellinus describió con detalle las consecuencias del terremoto, que afectó gravemente a diversas ciudades del Mediterráneo oriental y central, entre ellas Alejandría.
En la década de los sesenta del siglo pasado, se llevaron a cabo excavaciones arqueológicas que sacaron a la luz mosaicos, calles pavimentadas y un complejo industrial para la producción de garum, de la antigua ciudad de Neapolis. Pero su gran relevancia internacional llegó en 2017 cuando una misión arqueológica conjunta entre el Instituto Nacional del Patrimonio de Túdez y la Universidad de Sassari (Italia) descubrió restos sumergidos en el mar de esta antigua ciudad romana.

QUÉ VER EN NEÁPOLIS
El yacimiento arqueológico de Neapolis se puede visitar en tierra…. y en el mar. En tierra, el sitio arqueológico terrestre se encuentra a unos 2 km al suroeste del centro de Nabeul. Se conservan calles pavimentadas, viviendas, mosaicos conservados in situ y un importante número de piletas destinadas a la fabricación de garum.

Una de las viviendas más impactantes, localizada cerca del área industrial, es la conocida como Casa de las Ninfas. Ocupa un área de 1.500 m² y estaba decorada con numerosos mosaicos de temática mitológica, que hoy se exhiben en el Museo Arqueológico de Nabeul.


EL MUSEO DE NABEUL
El Museo Arqueológico, inaugurado en 1984, alberga una colección significativa de artefactos provenientes de Neápolis y otras áreas del Cap Bon, incluyendo cerámicas, mosaicos y objetos cotidianos. Uno de los espacios más relevantes del museo está dedicado al santuario púnico-romano de Thinissut, descubierto en 1908. Este lugar de culto estuvo consagrado a dos divinidades sincréticas: Baal-Saturno y Tanit-Caelestis. Entre las piezas más notables procedentes de la antigua Neápolis destaca el conjunto de mosaicos hallados en una lujosa domus romana conocida como la “Casa de las Ninfas” (Nymfarum domus). Uno de estos mosaicos representa dos gallos enfrentados a los lados de un ánfora repleta de monedas de oro, clara alusión a la riqueza del propietario. Pero aún más interesantes desde el punto de vista cultural son las escenas mitológicas que decoran los suelos de esta residencia. Los mosaicos narran episodios tomados del mundo griego: la embajada del sacerdote Crises ante Agamenón, el baño de las ninfas en la fuente Hipocrene, la escena de Filoctetes abandonado en Lemnos junto a las armas de Heracles, o el momento en que Poseidón salva a la ninfa Amimón. El museo acoge también, en su entrada, un gran mosaico marino procedente de Sidi El-Mahersi.

NEÁPOLIS SUMERGIDA
El yacimiento arqueológico de Neapolis ocupa una superficie aproximada de 20 hectáreas bajo el nivel del mar. Se encuentra a escasa profundidad, con sectores localizados entre los 1 y 5 metros de profundidad, lo que facilita su observación mediante inmersión recreativa.
Entre los elementos más destacados del yacimiento se encuentran una extensa red de calles pavimentadas, alineadas en un trazado ortogonal. Se han descubierto más de cien depósitos y piletas de producción de garum, identificadas por su forma rectangular y la disposición en serie. Este increíble número de piletas nos hace creer que Neapolis era uno de los mayores centros de producción de garum del mundo romano.
La visibilidad de estos restos es notable gracias a la claridad de las aguas y la escasa profundidad. El relieve submarino permite una navegación segura para el buceo recreativo, sin necesidad de inmersión técnica.

Modalidad de visita y clubs de buceo
El acceso al yacimiento sumergido de Neápolis se realiza desde la costa de Nabeul. Existen varios centros de buceo, en Nabeul y Hammamet, que ofrecen excursiones organizadas, con guías profesionales y equipamiento completo.
La mejor época para realizar las visitas submarinas a Neápolis es entre mayo y octubre, cuando las condiciones marinas son más estables, la temperatura del agua es más agradable y la visibilidad alcanza sus niveles óptimos.
Se recomienda reservar con antelación, contar con seguro de buceo e informarse sobre las regulaciones locales en materia de conservación patrimonial.
El yacimiento no cuenta aún con una estructura formal de parque arqueológico submarino, aunque existen propuestas en marcha para su inclusión en circuitos de turismo cultural sostenible promovidos por el Ministerio de Cultura tunecino.
Neápolis es hoy uno de los enclaves más prometedores del Mediterráneo sur para el desarrollo del turismo arqueológico submarino. Su visita ofrece una oportunidad singular para contemplar los restos de una ciudad romana que el mar preservó durante siglos bajo las aguas del norte de África.